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jueves, 17 de abril de 2014

Maddalena Doni - Rafael Sanzio

Maddalena Doni - Rafael Sanzio - Galería Palatina, Palacio Pitti, Florencia. Maddalena Strozzi se casó con Agnolo Doni en 1503 y fue retratada poco después de la llegada de Rafael a Florencia. El artista era muy joven y estaba totalmente empapado de la tradición umbra, sobre la que había perfeccionado las primeras adquisiciones de la pintura de Urbino. En Maddalena Doni, por tanto, combina un carácter de sencillez y un cierto convencionalismo en la expresión con el sentido de una forma sólida y estática. Todo ello es representado sobre el modelo de la Gioconda, por la que Rafael demuestra respeto reverente, pero también una evidente conflictividad. A diferencia de Mona Lisa, Maddalena lleva joyas y ropas que denotan su rango: el personaje es así identificado en el plano social antes que en el natural.
Galería Palatina, Palacio Pitti, Florencia
1505
65 x 45,8 cm. Óleo sobre tabla

Rafael Sanzio
Maddalena Strozzi se casó con Agnolo Doni en 1503 y fue retratada poco después de la llegada de Rafael a Florencia. El artista era muy joven y estaba totalmente empapado de la tradición umbra, sobre la que había perfeccionado las primeras adquisiciones de la pintura de Urbino. En Maddalena Doni, por tanto, combina un carácter de sencillez y un cierto convencionalismo en la expresión con el sentido de una forma sólida y estática. Todo ello es representado sobre el modelo de la Gioconda, por la que Rafael demuestra respeto reverente, pero también una evidente conflictividad. A diferencia de Mona Lisa, Maddalena lleva joyas y ropas que denotan su rango: el personaje es así identificado en el plano social antes que en el natural.

La Virgen de la silla - The Madonna of the Chair - Rafael Sanzio

La Virgen de la silla - The Madonna of the Chair - Rafael Sanzio - Galería Palatina, Palacio Pitti, Florencia. Rafael ofrece aquí una nueva composición del tema de la Virgen con el Niño. Las figuras, muy próximas, se adhieren perfectamente al formato redondo de la tabla. La Virgen está sentada de lado y aprieta entre los brazos a un Niño particularmente rollizo. La pintura, que perteneció a los Médicis, se conserva en el palacio Pitti de Florencia. Los rostros de la Virgen y el Niño están muy próximos y lucen un gesto lleno de ternura; las líneas de las mejillas casi coinciden plenamente. Ambas miradas están fijas en el observador y son intensamente expresivas. La estructura de los cuerpos y el movimiento envolvente que los une remiten a los modos de Miguel Ángel. La maraña de las formas es acentuada por la elección del color: los tintes fríos, el verde y el azul, están en el exterior de la composición; los cálidos, el amarillo y el rojo, en el interior, en una recíproca exaltación que se convierte incluso en motivo decorativo. El movimiento en espiral que caracteriza la disposición de las figuras se basa en el respaldo de la silla que aparece en primer término, a la izquierda, bien visible en su decoración esmerada, exaltada por el reflejo de la luz. Tan importante resulta en la construcción de la imagen que se alude a ella en el título.
Galería Palatina, Palacio Pitti, Florencia
1514
71 cm. de diámetro. Óleo sobre tabla

Rafael Sanzio
Rafael ofrece aquí una nueva composición del tema de la Virgen con el Niño. Las figuras, muy próximas, se adhieren perfectamente al formato redondo de la tabla. La Virgen está sentada de lado y aprieta entre los brazos a un Niño particularmente rollizo. La pintura, que perteneció a los Médicis, se conserva en el palacio Pitti de Florencia. Los rostros de la Virgen y el Niño están muy próximos y lucen un gesto lleno de ternura; las líneas de las mejillas casi coinciden plenamente. Ambas miradas están fijas en el observador y son intensamente expresivas. La estructura de los cuerpos y el movimiento envolvente que los une remiten a los modos de Miguel Ángel. La maraña de las formas es acentuada por la elección del color: los tintes fríos, el verde y el azul, están en el exterior de la composición; los cálidos, el amarillo y el rojo, en el interior, en una recíproca exaltación que se convierte incluso en motivo decorativo. El movimiento en espiral que caracteriza la disposición de las figuras se basa en el respaldo de la silla que aparece en primer término, a la izquierda, bien visible en su decoración esmerada, exaltada por el reflejo de la luz. Tan importante resulta en la construcción de la imagen que se alude a ella en el título.

Retrato de Julio II - Portrait of Julio II - Rafael Sanzio

Retrato de Julio II - Portrait of Julio II - Rafael Sanzio - National Gallery, Londres. El rostro de Julio II, lleno de la energía y la autoridad del personaje, es una de las imágenes más expresivas de la retratista renacentista. Viejo y cansado, el papa es captado en una postura pensativa; la barba blanca, que encuadra los rasgos, resalta luminosa sobre el rojo del hábito, creando un resalte cromático de gran efecto.  El retrato resulta tan poderoso en la representación del rostro del papa como meticuloso en el registro de algunos detalles, como el respaldo de la silla, situada en ligero escorzo sobre un fondo con cortina, que lleva entretejidas en la trama las llaves cruzadas, símbolo del privilegio petrino. El análisis crítico de esta pintura ha planteado problemas, tanto en lo que respecta a la atribución, concedida durante largo tiempo a Giorgio Vasari, como en la distinción del original de las diversas copias, una de las cuales es atribuida a la mano de Tiziano. La mano derecha sostiene un pañuelo ceremonial, en torno al cual se doblan los dedos con anillos; de nuevo se confía a los detalles la función de definir el rango del personaje. Más allá de la oficialidad, la imagen es visualizada desde lo alto, desde un punto de vista próximo, que anula la distancia física y psicológica del espectador.
National Gallery, Londres
1511-12
108 x 80 cm. Óleo sobre tabla

Rafael Sanzio
El rostro de Julio II, lleno de la energía y la autoridad del personaje, es una de las imágenes más expresivas de la retratista renacentista. Viejo y cansado, el papa es captado en una postura pensativa; la barba blanca, que encuadra los rasgos, resalta luminosa sobre el rojo del hábito, creando un resalte cromático de gran efecto.
El retrato resulta tan poderoso en la representación del rostro del papa como meticuloso en el registro de algunos detalles, como el respaldo de la silla, situada en ligero escorzo sobre un fondo con cortina, que lleva entretejidas en la trama las llaves cruzadas, símbolo del privilegio petrino. El análisis crítico de esta pintura ha planteado problemas, tanto en lo que respecta a la atribución, concedida durante largo tiempo a Giorgio Vasari, como en la distinción del original de las diversas copias, una de las cuales es atribuida a la mano de Tiziano.
La mano derecha sostiene un pañuelo ceremonial, en torno al cual se doblan los dedos con anillos; de nuevo se confía a los detalles la función de definir el rango del personaje. Más allá de la oficialidad, la imagen es visualizada desde lo alto, desde un punto de vista próximo, que anula la distancia física y psicológica del espectador.

lunes, 14 de abril de 2014

Virgen del retablo de Vallmoll - Madonna of altarpiece Vallmoll - Jaume Huguet

Virgen del retablo de Vallmoll -  Madonna of altarpiece Vallmoll - Jaume Huguet - Museo de Arte de Cataluña. En esta Virgen con el Niño y ángeles se manifiesta la asimilación de las fórmulas flamencas aportadas por Lluís Dalmau. Muy pronto, sin embargo, su estilo cobra plena madurez y deriva hacia un naturalismo subsidiario de ideas humanistas.
Museo de Arte de Cataluña
1450
200 x 153 cm. Temple, relieves de estuco y dorado con pan de oro sobre tabla

Jaume Huguet
En esta Virgen con el Niño y ángeles se manifiesta la asimilación de las fórmulas flamencas aportadas por Lluís Dalmau. Muy pronto, sin embargo, su estilo cobra plena madurez y deriva hacia un naturalismo subsidiario de ideas humanistas.

La Virgen de la impannata - The Virgin of Impannata - Rafael Sanzio

La Virgen de la impannata - The Virgin of Impannata - Rafael Sanzio - Galería Palatina, Palacio Pitti, Florencia. La pintura toma su nombre de la ventana ("impannata", "empapelada") que se abre sobre el fondo, aligerando la oscuridad y constituyendo junto a la cortina la única anotación de ambiente. Las figuras están muy próximas al primer término; en el centro están la Virgen y el Niño, rodeados de Santa Catalina, Santa Isabel y el pequeño Juan Bautista, que sustituye a un precedente San José. Particularmente sugestiva resulta la aproximación de los rostros de las dos santas, el joven y perfecto de Catalina y el viejo y marcado de Isabel. Gran parte de la pintura no se debe a la mano de Rafael, sino a su taller.
Galería Palatina, Palacio Pitti, Florencia
1512
160 x 127 cm. Óleo sobre tabla

Rafael Sanzio
La pintura toma su nombre de la ventana ("impannata", "empapelada") que se abre sobre el fondo, aligerando la oscuridad y constituyendo junto a la cortina la única anotación de ambiente. Las figuras están muy próximas al primer término; en el centro están la Virgen y el Niño, rodeados de Santa Catalina, Santa Isabel y el pequeño Juan Bautista, que sustituye a un precedente San José. Particularmente sugestiva resulta la aproximación de los rostros de las dos santas, el joven y perfecto de Catalina y el viejo y marcado de Isabel. Gran parte de la pintura no se debe a la mano de Rafael, sino a su taller.

sábado, 12 de abril de 2014

Retrato de Tommaso Inghirami – Portrait of Tommaso Inghirami - Rafael Sanzio

Retrato de Tommaso Inghirami – Portrait of Tommaso Inghirami - Rafael Sanzio -  Galería Palatina, Palacio Pitti, Florencia. En su esencialidad, este retrato está lleno de una fuerza expresiva extraordinaria. Tommaso, llamado Fedra, es el bibliotecario del papa Julio II, cultísimo profesor de retórica de la Universidad de Roma; Rafael lo presenta con los instrumentos de su actividad, libros y papeles, en el instante en que, estrábico, alza la mirada antes de escribir, como buscando la inspiración, según una tipología difundida en el retrato de humanistas de ambiente nórdico. La fuerza moral del personaje ya no se confía a la claridad geométrica de la forma, ni a la belleza de los rasgos del rostro, sino que procede de una energía interior que transforma el feo rostro en el signo de una gran personalidad. Tommaso Inghirami en su escritorio parece alejado de los cánones de la retratística celebratoria, el artista presenta al literato en su propio ambiente. El docto humanista, que nació en Volterra en 1470 pero creció en la corte de Lorenzo el Magnífico, se trasladó con apenas trece años de edad a Roma, donde comenzó su carrera de hombre de cultura, jalonada de títulos, encomiendas y beneficios eclesiásticos, hasta llegar, en la época de Julio II, al cargo de prefecto de la Biblioteca Vaticana. Su posición de prestigio no cambió con León X, con el cual tenía relación desde los tiempos en que frecuentaba la corte de los Medicis en Florencia. Debió el sobrenombre de Fedra a un episodio que le ocurrió en la Ciudad Santa en 1488, cuando, haciendo el papel de Fedra en el Hipólito de Séneca, a causa de un accidente en la maquinaria teatral se vio obligado a distraer al público improvisando composiciones poéticas.
Galería Palatina, Palacio Pitti, Florencia
1510
62,3 x 89,5 cm. Óleo sobre madera

Rafael Sanzio
En su esencialidad, este retrato está lleno de una fuerza expresiva extraordinaria. Tommaso, llamado Fedra, es el bibliotecario del papa Julio II, cultísimo profesor de retórica de la Universidad de Roma; Rafael lo presenta con los instrumentos de su actividad, libros y papeles, en el instante en que, estrábico, alza la mirada antes de escribir, como buscando la inspiración, según una tipología difundida en el retrato de humanistas de ambiente nórdico. La fuerza moral del personaje ya no se confía a la claridad geométrica de la forma, ni a la belleza de los rasgos del rostro, sino que procede de una energía interior que transforma el feo rostro en el signo de una gran personalidad. Tommaso Inghirami en su escritorio parece alejado de los cánones de la retratística celebratoria, el artista presenta al literato en su propio ambiente. El docto humanista, que nació en Volterra en 1470 pero creció en la corte de Lorenzo el Magnífico, se trasladó con apenas trece años de edad a Roma, donde comenzó su carrera de hombre de cultura, jalonada de títulos, encomiendas y beneficios eclesiásticos, hasta llegar, en la época de Julio II, al cargo de prefecto de la Biblioteca Vaticana. Su posición de prestigio no cambió con León X, con el cual tenía relación desde los tiempos en que frecuentaba la corte de los Medicis en Florencia. Debió el sobrenombre de Fedra a un episodio que le ocurrió en la Ciudad Santa en 1488, cuando, haciendo el papel de Fedra en el Hipólito de Séneca, a causa de un accidente en la maquinaria teatral se vio obligado a distraer al público improvisando composiciones poéticas.

viernes, 11 de abril de 2014

La pesca milagrosa - The miraculous fishing - Rafael Sanzio

La pesca milagrosa - The miraculous fishing - Rafael Sanzio - Victoria and Albert Museum, Londres. Se trata del primer episodio del ciclo petrino e ilustra la llamada de Pedro y Andrés, inspirándose en el Evangelio de San Lucas. La obra, considerada autógrafa, se conserva, como todos los cartones para los tapices de la Sixtina, en el Victoria and Albert Museum. En el detalle, que describe la carga enorme de peces transportados en la barca, evidencia la minuciosidad narrativa de Rafael, a la que podría no ser extraña la influencia de Alberto Durero. Adviértase la correspondencia entre las palabras del Evangelio, que aluden a la profundidad de las aguas en las que los apóstoles estaban pescando, y la representación de peces que viven en aguas profundas. El bellísimo paisaje del fondo, situado junto a la orilla del lago y descrito con fuerte sentido de la naturaleza, se corresponde con el lugar en el que Jesús acababa de predicar y en el que aún estaba reunida la multitud, según las fuentes evangélicas. Las figuras de Pedro y Andrés son centrales en la composición. Los otros apóstoles, situados en una segunda barca, se ocupan en tirar las redes y parecen ajenos a la escena que tiene lugar en la barca de Jesús, donde, por contra, Pedro y Andrés aparecen totalmente imbuidos en la contemplación y en el reconocimiento del Mesías. Sus cuerpos parecen robustos y clásicamente proporcionados. La felicidad narrativa del cartón, en los dos apóstoles, encuentra un fuerte acento simbólico y conceptual referido a la diversa función de estos en la historia de la Iglesia.
Victoria and Albert Museum, Londres
1515
319 x 399 cm. Tempera sobre Cartón compuesto por varias hojas de papel encolado.

Rafael Sanzio
Se trata del primer episodio del ciclo petrino e ilustra la llamada de Pedro y Andrés, inspirándose en el Evangelio de San Lucas. La obra, considerada autógrafa, se conserva, como todos los cartones para los tapices de la Sixtina, en el Victoria and Albert Museum. En el detalle, que describe la carga enorme de peces transportados en la barca, evidencia la minuciosidad narrativa de Rafael, a la que podría no ser extraña la influencia de Alberto Durero. Adviértase la correspondencia entre las palabras del Evangelio, que aluden a la profundidad de las aguas en las que los apóstoles estaban pescando, y la representación de peces que viven en aguas profundas. El bellísimo paisaje del fondo, situado junto a la orilla del lago y descrito con fuerte sentido de la naturaleza, se corresponde con el lugar en el que Jesús acababa de predicar y en el que aún estaba reunida la multitud, según las fuentes evangélicas. Las figuras de Pedro y Andrés son centrales en la composición. Los otros apóstoles, situados en una segunda barca, se ocupan en tirar las redes y parecen ajenos a la escena que tiene lugar en la barca de Jesús, donde, por contra, Pedro y Andrés aparecen totalmente imbuidos en la contemplación y en el reconocimiento del Mesías. Sus cuerpos parecen robustos y clásicamente proporcionados. La felicidad narrativa del cartón, en los dos apóstoles, encuentra un fuerte acento simbólico y conceptual referido a la diversa función de estos en la historia de la Iglesia.

lunes, 7 de abril de 2014

Las tres Gracias - The three Graces - Rafael Sanzio

Las tres Gracias - The three Graces - Rafael Sanzio -  Museo Condé, Chantilly, La pequeña tabla probablemente está relacionada con El sueño del caballero, del que calca perfectamente las medidas. Las manzanas de oro representarían el don de la inmortalidad, obtenida con la elección de la Virtud. En el plano formal se advierte una novedad: las Gracias aparecen sólidamente ancladas al suelo, definidas por formas plenas, según proporciones clásicas, con los rostros vestidos de una gracia serena; todos esos elementos demuestran la superación de la vaguedad de Perugino.
Museo Condé, Chantilly
1504-1505
17 x 17 cm. Óleo sobre tabla

Rafael Sanzio
La pequeña tabla probablemente está relacionada con El sueño del caballero, del que calca perfectamente las medidas. Las manzanas de oro representarían el don de la inmortalidad, obtenida con la elección de la Virtud. En el plano formal se advierte una novedad: las Gracias aparecen sólidamente ancladas al suelo, definidas por formas plenas, según proporciones clásicas, con los rostros vestidos de una gracia serena; todos esos elementos demuestran la superación de la vaguedad de Perugino.

La muda - The silent one - Rafael Sanzio

La muda - The silent one - Rafael Sanzio -  Gallería Nazíonale, Urbino, Próxima a los modos flamencos, esta pintura representa quizás a una dama de la corte de Urbino, Giovanna Feltria Della Rovere. La mujer emerge del fondo oscuro, todavía de tres cuartos, pero ya vuelta hacia el observador. De una gran nitidez son los rasgos severos en el óvalo perfecto del rostro, determinado eficazmente también en el plano expresivo. La crítica actual coincide en considerar a la Muda como uno de los mayores logros de Rafael en el ámbito del retrato.
Gallería Nazíonale, Urbino
1507
64 x 48 cm. Óleo sobre tabla

Rafael Sanzio
Próxima a los modos flamencos, esta pintura representa quizás a una dama de la corte de Urbino, Giovanna Feltria Della Rovere. La mujer emerge del fondo oscuro, todavía de tres cuartos, pero ya vuelta hacia el observador. De una gran nitidez son los rasgos severos en el óvalo perfecto del rostro, determinado eficazmente también en el plano expresivo. La crítica actual coincide en considerar a la Muda como uno de los mayores logros de Rafael en el ámbito del retrato.

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