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sábado, 31 de octubre de 2009

La Virgen con el Niño, coronada por un ángel - The Virgin and Child crowned by an angel - Roger Van der Weyden

La Virgen con el Niño, coronada por un ángel - The Virgin and Child crowned by an angel - Roger Van der Weyden - Museo del Prado. En ésta obra, la figura mariana aparece sobre un fondo liso de color negro y está siendo coronada por un ángel. La extraordinaria calidad del dibujo, la valoración escultórica de la forma y el característico empleo del color acreditan la paternidad del maestro de Tournai.
Museo del Prado
1435-38
100 x 52 cm. Óleo sobre tabla

Roger Van der Weyden
En ésta obra, la figura mariana aparece sobre un fondo liso de color negro y está siendo coronada por un ángel. La extraordinaria calidad del dibujo, la valoración escultórica de la forma y el característico empleo del color acreditan la paternidad del maestro de Tournai.


Obras de:
Roger Van der Weyden
Adoración de los reyes Adoración del Niño Jesús del retablo de MiddelburgDegollación de san Juan Bautista del retablo de Miraflores
El Descendimiento El hombre de la flechaLa Piedad
La Virgen con el Niño, coronada por un ángel Magdalena del tríptico BraquePiedad
Piedad con un donante y santos Retrato de Carlos el TemerarioTríptico de la Crucifixión
Virgen de la leche


Santa Bárbara - Santa Barbra - Robert Campin

Museo del Prado

Robert Campin
Lateral de un tríptico en el que el artista representa a santa Bárbara. La figura ha sido dispuesta en actitud de leer, sentada de espaldas a la chimenea, de tal forma que recuerda la posición de la Virgen en la escena de la Anunciación. La vista la exterior, en el que se reconoce una torre, ofrece un elemento para la identificación del personaje. El gusto por los valores corpóreos de la figura, los ritmos lineales de los paños y el intimismo de las escenas pertenecen al común denominador del arte flamenco de este periodo.

San Juan Bautista y fray Enrique de Werl - San Juan Bautista and Brother Henry of Werl - Robert Campin

Museo del Prado

Robert Campin
Lateral de un tríptico en el que el artista representa al donante, arrodillado en una estancia que reviste los caracteres de celda o estudio, acompañado por san Juan Bautista al que se identifica por el atributo del libro y el cordero, ambos sostenidos con la mano izquierda. El interior abovedado recibe abundante luz a través de los ventanales de la izquierda, por los que se vislumbra el paisaje. Una imagen de la Virgen preside la pieza, dividida por una mampara de madera en la que cuelga un espejo convexo. El donante viste hábito franciscano y bonete; su identidad viene dada por la inscripción que aparece en la parte inferior de la tabla. Gracias a ella sabemos que se trata del teólogo Heinrich von Werl.

Paisaje con san Jerónimo - Landscape with St. Jerome - Joachim Patinir

Museo del Prado

Joachim Patinir
Se trata en este caso de un paisaje costero, con una ría que desemboca en el mar, poblado por caseríos. El santo ermitaño halla cobijo en la gruta que se abre en la ladera de una abrupta montaña erizada de peñascos, sobre la cual existe un monasterio, y aparece curando al león que se ha clavado una espina. Menudas figuras de aldeanos, otros eremitas, camellos, un ciego y su lazarillo completan este cuadro que, a pesar de su delicada ejecución tiene un sabor de extraordinario ingenuismo.

La Piedad - Piety - Roger Van der Weyden

La Piedad - Piety - Roger Van der Weyden - Museo del Prado. Pequeña tabla que representa la Piedad, de composición casi idéntica a otra del mismo tema del museo de Berlín. En este caso, los personajes –Cristo muerto, la Virgen y san Juan- se recortan sobre un fondo de paisaje en el que se yergue la cruz bajo un cielo nuboso y dramático. Esta obra ofrece el interés de incluir la efigie de un donante, identificado, al parecer, con un vecino de la ciudad de Malinas llamado Broers. La pintura ilustra las características más salientes de la producción del maestro, su gusto por los pequeños formatos, el tratamiento miniaturístico de la figura, la riqueza del detalle, la variedad de los elementos paisajísticos y la indumentaria.
Museo del Prado
1450
46,8 x 34,5 cm. Óleo sobre tabla

Roger Van der Weyden
Pequeña tabla que representa la Piedad, de composición casi idéntica a otra del mismo tema del museo de Berlín. En este caso, los personajes –Cristo muerto, la Virgen y san Juan- se recortan sobre un fondo de paisaje en el que se yergue la cruz bajo un cielo nuboso y dramático. Esta obra ofrece el interés de incluir la efigie de un donante, identificado, al parecer, con un vecino de la ciudad de Malinas llamado Broers.
La pintura ilustra las características más salientes de la producción del maestro, su gusto por los pequeños formatos, el tratamiento miniaturístico de la figura, la riqueza del detalle, la variedad de los elementos paisajísticos y la indumentaria.


Obras de:
Roger Van der Weyden
Adoración de los reyes Adoración del Niño Jesús del retablo de MiddelburgDegollación de san Juan Bautista del retablo de Miraflores
El Descendimiento El hombre de la flechaLa Piedad
La Virgen con el Niño, coronada por un ángel Magdalena del tríptico BraquePiedad
Piedad con un donante y santos Retrato de Carlos el TemerarioTríptico de la Crucifixión
Virgen de la leche


La Fuente de la Gracia - The Fountain of Grace - Jan Van Eyck

La Fuente de la Gracia - El triunfo de la Iglesia - The Fountain of Grace - Jan van Eyck - Museo del Prado, Es una obra que describe el tema alegórico de la Fuente de la Gracia y el triunfo de la Iglesia sobre la Sinagoga. En tres planos sucesivos se ordenan las figuras de Dios Padre, entronizado, con el Cordero a sus pies, entre las efigies de la Virgen y san Juan, bajo ellos fluye un manantial que arrastra hostias en su corriente. En el registro medio se hallan doce ángeles músicos, extraordinarios ejemplos de idealización de la forma a partir de modelos tomados de la realidad. En la zona inferior aparecen dos grupos compuestos, el de la derecha, por un sumo sacerdote con los ojos vendados –alegoría habitual de la Sinagoga- y diez judíos, y, el de la izquierda, por un papa, un cardenal, un obispo, un abad, un teólogo, un emperador, un rey y cuatro personajes más. La Iglesia militante, a la que representan éstos, se halla en actitud confiada, mientras que el grupo que simboliza a la Sinagoga parece querer emprender la huida. El repertorio iconográfico se completa con diecisiete figurillas de profetas y los símbolos de los evangelistas que el pintor incorporó al dosel del trono de Dios Padre. Como dato histórico de interés cabe anotar, por último, que el caballero representado a continuación del rey ostenta el collar de la orden del Knostigen Stok, lo que induce a suponer que se trate de Luís II de Borbón.
Museo del Prado
1430
181 × 116 cm. Óleo sobre tabla de roble

Jan Van Eyck
Es una obra que describe el tema alegórico de la Fuente de la Gracia y el triunfo de la Iglesia sobre la Sinagoga.
En tres planos sucesivos se ordenan las figuras de Dios Padre, entronizado, con el Cordero a sus pies, entre las efigies de la Virgen y san Juan, bajo ellos fluye un manantial que arrastra hostias en su corriente. En el registro medio se hallan doce ángeles músicos, extraordinarios ejemplos de idealización de la forma a partir de modelos tomados de la realidad. En la zona inferior aparecen dos grupos compuestos, el de la derecha, por un sumo sacerdote con los ojos vendados –alegoría habitual de la Sinagoga- y diez judíos, y, el de la izquierda, por un papa, un cardenal, un obispo, un abad, un teólogo, un emperador, un rey y cuatro personajes más. La Iglesia militante, a la que representan éstos, se halla en actitud confiada, mientras que el grupo que simboliza a la Sinagoga parece querer emprender la huida. El repertorio iconográfico se completa con diecisiete figurillas de profetas y los símbolos de los evangelistas que el pintor incorporó al dosel del trono de Dios Padre. Como dato histórico de interés cabe anotar, por último, que el caballero representado a continuación del rey ostenta el collar de la orden del Knostigen Stok, lo que induce a suponer que se trate de Luís II de Borbón.


Obras de:
Jan Van Eyck
El cardenal Nicolás Albergati La Fuente de la Gracia La Virgen y el Niño en una iglesia
Retrato de Giovanni Arnolfini Tríptico de la Virgen, san Miguel y santa Catalina Virgen del canciller Rolin


La Armonía o Las Tres Gracias y Las edades y la Muerte - Harmony and The Three Graces and The ages and Death - Hans Baldung Grien

                     Museo del Prado                             
Hans Baldung Grien
Estas obras introduce un mundo de formas muy distinto del de los pintores flamencos y neerlandeses. La influencia renacentista es evidente tanto en los elementos iconográficos como en el tratamiento escultórico de la figura, que posee a la vez rigor y delicadeza; la fría gama de colores utilizada, así como la perfección dibujística de la línea, contribuyen a reforzar tal impresión.
Fueron concebidas como una especie de díptico.
En la primera, representa lo que pueden ser Las Tres Gracias de la mitología clásica, sin embargo los instrumentos musicales que las acompañan, así como la partitura que porta el niño del primer término parecen sugerir una alegoría de la Armonía. Algunos elementos tienen carácter moralizante, como el cisne que canta la partitura, presagio de la muerte; o la serpiente enroscada en el árbol, alusión al pecado. En la segunda tabla el argumento se ha elaborado de forma cruda para impresionar al espectador con un tema obsesivo para el hombre, la muerte. Se representa el ciclo de la vida, haciendo hincapié en los estragos del tiempo y el final irreversible de la existencia. El círculo empieza en la recién nacida que yace en el suelo y se cierra con la tétrica figura del cadáver en descomposición. Ambas están unidas por una lanza rota. También están entrelazadas la Juventud y la Vejez, cuyos cuerpos desnudos establecen un expresivo contraste. El búho simboliza tanto el sueño del que se despierta al nacer como el sueño eterno, que es la muerte. Todo ello en un paisaje desolado que hace más opresiva la imagen.

Tránsito de la Virgen - Death of the Virgin - Andrea Mantegna

Museo del Prado

Andrea Mantegna
La composición de esta pequeña tabla está falseada por el hecho de la mutilación de su parte superior, en la que aparecía, cobijada por la bóveda arquitectónica, la figura de Cristo rodeado de ángeles acogiendo el ánima de la Virgen. La parte principal muestra a los discípulos, portando cirios y palmas, en torno al lecho mortuorio de María; su gesto acongojado tiene el refuerzo del grave tratamiento que han merecido los ropajes.

El Paso de la laguna Estigia - The transition from lagoon Estigia - Joachim Patinir

Museo del Prado

Joachim Patinir
El tema principal de la obra de Patinir no es la figura humana, sino el paisaje.
A la izquierda ha situado el artista los Campos Elíseos, poblados por figuras de ángeles y construcciones de naturaleza cristalina; queda el Tártaro al otro lado, bien guardado su acceso por el Cancerbero. Caronte surca con su embarcación las aguas de la laguna, llevando al infierno el alma de un difunto. El conjunto, cuyo análisis en detalle revela los primores de su ejecución, ofrece además un concepto cromático muy personal que comporta una curiosa oposición y gradación de colores de gamas frías.

El cambista y su mujer - The money changer and his wife - Marinus Van Reymerswaele

El cambista y su mujer - The money changer and his wife - Marinus Van Reymerswaele - Museo del Prado. El artista ofrece una detallada imagen del entorno cotidiano de los personajes, sin omitir uno solo de los muy diversos objetos que lo integran. Para ello se sirve de una técnica minuciosa y apurada, carente tal vez de emoción pero de una gran fidelidad descriptiva. Falta, sin duda, en esta obra el encanto intimista presente en otras piezas de los Países Bajos, lo que no es óbice para reconocer en ella un extraordinario nivel de calidad pictórica.
Museo del Prado
1539
83 x 97 cm. Óleo sobre tabla

Marinus Van Reymerswaele
El artista ofrece una detallada imagen del entorno cotidiano de los personajes, sin omitir uno solo de los muy diversos objetos que lo integran. Para ello se sirve de una técnica minuciosa y apurada, carente tal vez de emoción pero de una gran fidelidad descriptiva. Falta, sin duda, en esta obra el encanto intimista presente en otras piezas de los Países Bajos, lo que no es óbice para reconocer en ella un extraordinario nivel de calidad pictórica.

Adán y Eva-Adam and Eve - Albert Durero


Museo del Prado

Albert Durero
La fecha de ejecución queda claramente expresada en la leyenda que aparece en el cartellino colgado de una rama del árbol que acompaña la efigie de Eva: “Alberto Durero, alemán, la pintó después del parto de la Virgen, en el año del Señor de 1507”. Ambos cuadros como requiere su condición de pareja, adoptan una composición similar; la posición de los cuerpos obliga a situar la representación de Adán a la izquierda y la de Eva a la derecha. La figura masculina se halla en actitud estática sobre un suelo pedregoso, con el torso y la cabeza ligeramente inclinados, de modo que el brazo y pierna diestros se separan del cuerpo. En la mano izquierda sostiene una rama del árbol del bien y del mal con el fruto prohibido; sus hojas cubren accidentalmente el sexo del varón. La disposición frontal queda dislocada por la visión en escorzo de los pies y las manos, que proporcionan el necesario pálpito vital a la figura. El rostro de Adán es descrito desde un plano inferior, por lo que su mandíbula adquiere una proyección que proporciona monumentalidad a la figura. Las facciones aparecen modeladas con magistral gradación de claroscuros y encuadradas por las guedejas rubias del cabello, descrito con gran minucia.
La efigie de Eva se yergue asimismo sobre un suelo pedregoso, ante un homogéneo fondo negro. Su actitud comporta cierto grado de dinamismo, ya que la pierna derecha adelantada sugiere el inicio del movimiento, al tiempo que las manos indican todavía la permanencia de la figura en el lugar donde se ha situado su representación. La serpiente, encaramada al árbol, le ofrece pérfidamente la fruta prohibida.
La simplicidad aparente de las figuras encubre, en realidad, un completo estudio de las anatomías, el modelado, el juego de los volúmenes y el equilibrio compositivo, el valor del espacio.

martes, 27 de octubre de 2009

Piedad - Piety - Roger Van der Weyden

Piedad - Piety - Roger Van der Weyden - Museo de Bruselas - Musées Royaux des Beaux Arts de Belgique. La Piedad de Roger van der Weyden resuelve el tema tantas veces repetido con una asombrosa economía de medios. Puede apreciarse aquí una apretada síntesis, una condensación del asunto, reducido a sus cuatro principales personajes: Cristo muerto, la Virgen Madre, san Juan y María Magdalena. Las figuras aparecen estrechamente agrupadas, de un modo unitario, en un paisaje mínimo, sin más alusiones accidentales al drama que la calavera –la de Adán, según las tradiciones medievales-, el bote de ungüentos y el pie de la cruz, que destaca sobre el resplandor del ocaso. Toda esta concentración está eficazmente al servicio de la expresividad, es la fuente de la tremenda emoción que provoca esta pintura.
Museo de Bruselas
1436-46
32,5 x 47,2 cm. Óleo sobre tabla de roble

Roger van der Weyden
La Piedad de Roger van der Weyden resuelve el tema tantas veces repetido con una asombrosa economía de medios. Puede apreciarse aquí una apretada síntesis, una condensación del asunto, reducido a sus cuatro principales personajes: Cristo muerto, la Virgen Madre, san Juan y María Magdalena. Las figuras aparecen estrechamente agrupadas, de un modo unitario, en un paisaje mínimo, sin más alusiones accidentales al drama que la calavera –la de Adán, según las tradiciones medievales-, el bote de ungüentos y el pie de la cruz, que destaca sobre el resplandor del ocaso. Toda esta concentración está eficazmente al servicio de la expresividad, es la fuente de la tremenda emoción que provoca esta pintura.


Obras de:
Roger Van der Weyden
Adoración de los reyes Adoración del Niño Jesús del retablo de MiddelburgDegollación de san Juan Bautista del retablo de Miraflores
El Descendimiento El hombre de la flechaLa Piedad
La Virgen con el Niño, coronada por un ángel Magdalena del tríptico BraquePiedad
Piedad con un donante y santos Retrato de Carlos el TemerarioTríptico de la Crucifixión
Virgen de la leche


La caída de los ángeles rebeldes - The fall of rebel angels - Pieter Brueghel el viejo

Museo de Bruselas


Pieter Brueghel el viejo
El arcángel san Miguel, con sus espada, su coraza y su escudo cruzado y con el manto flotante, se acomoda a la iconografía tradicional, aunque estilizándola hasta el limite. Lo mismo ocurre con los demás ángeles que planean en el espacio superior, bajo el limbo luminoso con que se indica el cielo., Pero bajo los golpes de sus armas, bajo el estruendo de las largas y curvadas trompetas, está el torbellino de los demonios resistiéndose a precipitarse al abismo. Aquí es donde se despliega la imaginación de Brueghel creando seres insólitos mediante la arbitraria combinación de los más diversos elementos humanos, animales y hasta vegetales. Criaturas monstruosas, patéticas y ridículas al mismo tiempo, deben de encerrar las más extrañas significaciones, los más rebuscados simbolismos en los que no se puede penetrar porque sólo la mente del pintor poseía la clave.

La caída de Ícaro - Fall of Icarus - Pieter Brueghel el viejo

Museo de Bruselas


Pieter Brueghel el viejo
El asunto propuesto es una fábula mitológica: Ícaro escapa del Laberinto de Creta volando con las alas de cera que le ha fabricado su padre, Dédalo, pero el orgullo le hace elevarse hacia el sol, el calor derrite la cera y el Joven se precipita  en el mar.
Gracias al titulo que lleva el cuadro podemos identificarlo con seguridad, pues el pintor ha minimizado el asunto de tal modo que únicamente se ven las piernas de Ícaro hundiéndose en el agua. Más importancia concede al labrador que conduce el arado, al pastor que guarda su rebaño y a la nave que atraviesa el estrecho, con lo que parece indicar que la humanidad queda indiferente ante la desgracia que ocurre a su lado. Pero más allá de la intención moral, si la hay, Brueghel ha aprovechado el pretexto del mito para pintar un paisaje encantador e irreal, como ensoñado; un paisaje en el que además hace un certero estudio de las gradaciones de la luz, de los matices del aire y del agua. Parece predecir o presentir el impresionismo.

El empadronamiento de Belén - The census in Bethlehem - Pieter Brueghel el Viejo

Museo de Bruselas


Pieter Brueghel el Viejo
Es esta una de las obras más características del maestro. El tema se refiere a la llegada a Belén, para inscribirse en el censo ordenado por el emperador Augusto, de José y María, quienes, ante la afluencia de forasteros, no encuentran lugar en la posada. Este asunto evangélico pierde todo su carácter sacro en manos de Brueghel, quien no sólo prescinde de cualquier convencionalismo tradicional en la pintura religiosa, sino que, además, traspone el episodio de Palestina a una aldea flamenca cubierta por la nieve. El relato se convierte así en un gran paisaje con figuras, dentro del cual se multiplican las escenas de género, sin que le preocupen al artista la impropiedad o el anacronismo. Allí aparecen las casas del país con sus empinadas techumbres, las fachadas en escalera y hasta la iglesia con su campanario. Hasta la indumentaria de los personajes es la propia de los aldeanos del siglo XVI, no la de los judíos de la antigüedad.
Hay que buscar detenidamente a José y María para apreciar que, sin atributo externo ni símbolo visible, son la mujer montada en un burro y el hombre encorvado que tira del ramal, llevando a su lado al buey que ha de acompañar también el nacimiento del Niño en el establo, formando un pequeño grupo en la parte más próxima y casi central de la composición. Ya se ve que no van a encontrar alojamiento, porque una multitud se agolpa a la puerta de la típica posada, puesta bajo la enseña de la Corona Verde. Aquí y allá numerosas personas se afanan cargando leña, acarreando fardos, construyendo una cabaña, guisando, patinando o simplemente charlando. Es todo un mundo rural captado con observación certera y con enternecido humor.  

lunes, 19 de octubre de 2009

Extracción de la piedra de la locura - Extracting the Stone of Madness - El Bosco

Museo del Prado

El Bosco
Composición en la hallamos otro de los elementos ideológicos –la demencia, identificada con la posesión diabólica -constantes en la obra del Bosco. Concebida como un todo, sobre una tabla rectangular decorada en sus partes superior e inferior por una inscripción de complicada caligrafía, ofrece esta pintura una escena formada por cuatro personajes, a los que sirve de fondo un paisaje de términos suaves, con una ciudad en la lejanía. En el centro, sentado en actitud doliente, se halla el enfermo; le rodean el cirujano, armado con su bisturí y tocado con un embudo, el practicante y una mujer que sostiene un libro sobre su cabeza y se halla acodada en una mesa circular. La inscripción que lo ilustra dice así: “Maestro, opérame en seguida/Mi nombre es Lubbert Das”.

domingo, 18 de octubre de 2009

San Jerónimo en su estudio-St. Jerome in his study - Antonello Da Messina

National Gallery, Londres

Antonello Da Messina
La composición se desarrolla tras la embocadura de un arco gótico rebajado, en cuyo umbral aparecen un pavo real y una perdiz. Antonello sitúa al santo en el interior de un monumental edificio abovedado, por cuyas ventanas se divisa un paisaje rural, con explotaciones agrícolas y un horizonte de áridas colinas. El personaje se halla sentado ante un pupitre, en trance de hojear un grueso volumen; su celda está formada por una estructura de carpintería elevada sobre el pavimento de azulejos, la cual forma amplias estanterías que contienen libros, cerámicas y cajas de madera. Todos estos objetos han sido descritos con minuciosidad, revelando el interés del artista por la naturaleza muerta. El cápelo del santo reposa sobre un arcón, mientras que en el borde de la tarima pueden verse un gato y dos recipientes de loza con plantas. Por la galería del lado derecho avanza el león, símbolo icnográfico de san Jerónimo, tratado en contraluz.

Retrato del dogo Leonardo Loredano - Doge Leonardo Loredan - Giovanni Bellini

National Gallery, Londres

Giovanni Bellini
Bellini trató al estadista con un criterio al que conviene el calificativo de estatuario. El dogo ha sido representado en busto, tras un antepecho en el que aparece la firma del autor en un cartellino; viste un suntuoso atavío de seda brocada y un casquete que se eleva en forma cónica en su parte posterior. Los rasgos de Leonardo Loredano están tratados con un modelado severo y concreto, a base de una luz lateral que crea sombras acusadas pero transparentes. La expresión es serena y se halla dominada por el gesto rectilíneo de la boca, que revela un carácter autoritario, y la intensidad de los ojos, plasmación de la inteligencia del retratado. A pesar del detalle con que Bellini describió la ornamentación de su indumentaria, la atención del espectador es captada por la personalidad de este rostro maduro, que fue convenientemente realzado por un simple fondo azul que aumenta de densidad en sentido de la altura. Es éste uno de los retratos más impresionantes de la pintura veneciana de todos los tiempos.

El carro del heno - The Hay Wagon - El Bosco

Museo del Prado

El Bosco
Esta obra responde a una concepción similar al Jardín de las Delicias; cerrada presenta el tema del camino de la vida, en el que toda suerte de peligros acechan al viandante. En la parte interior de las puertas hallamos, a la izquierda, el Paraíso terrenal, con los episodios de la creación de Eva, la tentación y el castigo de los primeros padres; a la derecha, de nuevo el infierno con sus hórridos tormentos. La composición principal muestra el decurso pecaminoso de la vida humana, simbolizado por el carro del heno o cima del placer carnal. Sobre el monumental vehículo sitúa el artista a una pareja amorosamente abrazada y, sentados en el suelo, una dama que canta acompañada por dos varones, uno de los cuales toca un laúd. El grupo se halla flanqueado por un ángel en actitud orante y con la mirada dirigida al cielo, donde se halla el Salvador, y un demonio de híbrida anatomía, tratado en grisalla. Bajo la carreta se desarrolla la lucha del pueblo, empeñado en ascender al tabernáculo de la felicidad temporal. La siguen, a caballo, figuras alegóricas del poder; el Papa, el Emperador y el Rey. El vehiculo es arrastrado por seres heterogéneos, mitad humanos, mitad animales. En el primer término de la composición aparecen figuras que representan las edades y estados del hombre; la infancia, la vejez, el matrimonio, el celibato, la enfermedad. Su sentido satírico es evidente, por ejemplo, en la imagen del monje obeso y dado a la bebida, o en el sacamuelas que examina a su paciente. Tras el carromato y la muchedumbre que lo acompaña, se extiende un suave paisaje de valles, ríos y montañas, sobre el que flota, en el horizonte, una neblina evanescente.

Mesa de los pecados capitales - The Seven Deadly Sins and the Four Last Things - El Bosco

Museo del Prado

El Bosco
La composición se organiza en cuatro círculos. El central presidido por un medallón con la imagen tradicional del Cristo varón de dolores, acompañada por la inscripción: “Cuidado, cuidado, el Señor lo ve”. La zona anular que rodea dicha representación se halla subdividida en siete sectores, cada uno de los cuales está dedicado a un pecado. La disposición radial de las escenas (ilustradas asimismo por inscripciones) obliga para su contemplación el recorrido alrededor de la tabla. Se alternan en ellas figuras masculinas y femeninas, en interiores o sobre fondos de paisaje urbano y rural. La ira, por ejemplo, reviste la apariencia de una reyerta entre aldeanos, mientras que la lujuria consiste en una íntima fiesta campestre amenizada por dos juglares.
Los cuatro círculos menores que ocupan las esquinas de la mesa contienen figuraciones de las postrimerías. Los de la parte superior corresponden a la Muerte y al Juicio. En el primero, un médico, tres religiosos, una monja, un ángel y la muerte circundan al moribundo, cuya cabeza se halla aparatosamente vendada; sus familiares se hallan en una estancia contigua. El Juicio, por su parte, se atiene a un modelo muy medieval, con la figura del Señor triunfante entre ángeles, sobre el camposanto en el que surgen los difuntos alertados por el son de los clarines.
La representación del Infierno es de tinte rojizos y sombríos; en este ambiente se desarrollan las torturas que tantas veces ha narrado el pintor. La Gloria, finalmente, adopta la forma de un edificio palaciego, presidido por la figura divina entre las categorías angélicas; a su puerta se hallan el arcángel san Miguel, cumpliendo hasta el último momento su función de defender las ánimas de los bienaventurados de las acechanzas del demonio, y san Pedro.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Cristo ante el Sumo Sacerdote - Christ before the High Priest - Gerard van Honthorst

Cristo ante el Sumo Sacerdote - Christ before the High Priest - Gerard van Honthorst -  National Gallery, Londres. Las dos figuras principales están situadas cerca del espectador y la única luz procede de la vela, quedando la mayor parte del cuadro muy oscuro y los observadores débilmente iluminados. El Gran Sacerdote interroga a Cristo, quien no contesta. El viejo con la cara curtida y el dedo amonestador, intenta, sin resultado, entablar un diálogo con Cristo.
National Gallery, Londres
1617
272 x 183 cm. Óleo sobre lienzo

Gerard van Honthorst
Las dos figuras principales están situadas cerca del espectador y la única luz procede de la vela, quedando la mayor parte del cuadro muy oscuro y los observadores débilmente iluminados. El Gran Sacerdote interroga a Cristo, quien no contesta. El viejo con la cara curtida y el dedo amonestador, intenta, sin resultado, entablar un diálogo con Cristo.

martes, 13 de octubre de 2009

Artemisa - Rembrandt


Museo del Prado

Rembrandt
Artemisa, reina de Pérgamo, recibe la copa con las cenizas de su esposo de manos de una sirviente, y se dispone a beber para así, ser la sepultura viviente de su amado.

miércoles, 7 de octubre de 2009

La fragua de Vulcano - Vulcan's forge - Diego Velázquez

La fragua de Vulcano - Vulcan's forge - Diego Velázquez - Museo del Prado. En la Metamorfosis de Ovidio, Apolo visita la fragua de Vulcano para contarle que su esposa Venus le engaña con Marte, Dios de la guerra, para el que está forjando el propio Vulcano, su armadura y armas. Crea el pintor una escena de gran verisimilitud y dramatismo, en la que puede sentirse el espacio existente entre los cuerpos de cuidada anatomía que la luz, superado el tenebrismo, moldea con precisión. El aire parece circular entre los cuerpos y objetos, destacándose, en forma de naturaleza muerta, la armadura, las herramientas y el hierro candente.
 Museo del Prado
1630
223 x 290 cm. Óleo sobre lienzo

Diego Velázquez
En la Metamorfosis de Ovidio, Apolo visita la fragua de Vulcano para contarle que su esposa Venus le engaña con Marte, Dios de la guerra, para el que está forjando el propio Vulcano, su armadura y armas.
Crea el pintor una escena de gran verisimilitud y dramatismo, en la que puede sentirse el espacio existente entre los cuerpos de cuidada anatomía que la luz, superado el tenebrismo, moldea con precisión. El aire parece circular entre los cuerpos y objetos, destacándose, en forma de naturaleza muerta, la armadura, las herramientas y el hierro candente.

Obras de:
Diego Velázquez
Adoración de los MagosAlmuerzo de campesinos o Comida de picarosCabeza de apóstol
Conde-Duque de OlivaresCristo crucificadoCristo en casa de Marta y María
Cristo en la cruzCristo y el alma cristianaDon Diego del Corral y Arellano
Don Luís de Góngora y ArgoteDon Pedro de Berberana y AparreguiDoña Antonia de Ipeñarrieta
Doña Juana Pacheco, esposa del autor, caracterizada como una sibilaDoña Maria de Austria, reina de HungriaDoña Mariana de Austria
Dos hombres a la mesaEl aguador de SevillaEl almuerzo
El bufón Barbarroja, don Cristóbal de Castañeda y PerníaEl bufón Calabacillas o el “Bobo de Coria” El bufón llamado don Juan de Austria
El Conde-Duque de OlivaresEl Conde-Duque de Olivares a caballoEl geógrafo
El infante don CarlosEl príncipe Baltasar CarlosEl príncipe Baltasar Carlos a caballo
El príncipe Baltasar Carlos con un enanoEstudio para cabeza de ApoloFábula de Aracne o Las hilanderas
Felipe IVFelipe IV armado, con un león a los pies Felipe IV con armadura
Felipe IV en marrón y plataFelipe IV en traje de cazadorFrancisco de Quevedo
Francisco PachecoImposición de la casulla a San IldefonsoInmaculada Concepción
Juan de FonsecaJuan MateosLa cena de Emaús
La fragua de VulcanoLa Infanta Doña Margarita de AustriaLa mulata
La rendición de Breda o Las LanzasLa túnica de JoséLa venerable madre Jerónima de la Fuente
La Venus del EspejoLas Meninas o La familia de Felipe IVLos borrachos o El triunfo de Baco
Pablo de ValladolidRetrato de hombreRetrato de hombre joven
Retrato de la condesa de Olivares Retrato del Conde-Duque de OlivaresRetrato del conde-duque de Olivares
Retrato del papa Inocencio X San Antonio Abad y San Pablo Ermitaño San Juan en Patmos
San PabloSanto TomásTres músicos
Vieja friendo huevosVilla Médicis


El Jardín de las Delicias - The Garden of Delights - El Bosco

Museo del Prado 


El Bosco
Gran tríptico, llamado también por su nombre tradicional de la “pintura del madroño”. El exterior de sus puertas representa en grisalla la Creación del mundo, con la aparición de la primera flora sobre el planeta. Delicadas gradaciones de claroscuro componen formas fantásticas de escasa entidad corpórea, de modo que al abrir el tríptico se asiste, por contraste, a una autentica explosión cromática.
Se inicia la secuencia de la narración en la tabla de la izquierda, donde aparece la creación, con la figura divina que acaba de dotar a Adán de una compañera, Eva. Presidiendo el Paraíso, en el centro de la laguna, una extraña fuente de color rosado y forma entre escultórica y vegetal.
En la tabla central se da paso, a una orgía compositiva: el Jardín de las Delicias. En los primeros términos, mujeres y hombres –algunos de ellos de raza negra- se dedican a sofisticados juegos. Algunos grupos o parejas buscan asilo en el interior de esferas que semejan frutos y bayas, y se protegen con flores de transparentes corolas. Peces, pájaros y moluscos de descomunal tamaño se combinan con los humanos. La laguna del primer término acoge numerosos bañistas y esferas flotantes en las que las parejas desarrollan amorosos entretenimientos.
El centro del Jardín de las Delicias está constituido por un estanque circular en el que se bañan por grupos mujeres blancas y negras; posadas en sus cabezas aparecen garzas, cuervos y pavos reales. En torno al estanque se desarrolla una cabalgada que tiene aspecto procesional. La muchedumbre de ambos sexos monta camellos, gatos, jabalíes, unicornios, ciervos, grifos, cabras, caballos y otros muchos animales que escapan a todo intento de clasificación.
Finalmente, aparece en el término más alejado de la composición una laguna de orillas rectilíneas, en la cual desembocan los cuatro ríos del Paraíso. En ella se observa la presencia de embarcaciones con figuras acorazadas, extrañas sirenas, una barca con un hombre negro y una mujer blanca.
Representa el artista, después de la calma de la Creación, la realidad de un mundo dominado por los vicios y entregado, en particular, al de la lujuria. La confusión que produce una primera visión de conjunto no basta para ocultar muy claras descripciones del pecado de la carne, que ha sido tratado aquí con pasmosa libertad de expresión. Se complace, en suma, el pintor en ofrecer una visión de la amoralidad del mundo terrenal encadenado a sus sentidos.
La tabla del lado derecho cierra el ciclo narrativo. Describe El Bosco el destino de la humanidad lujuriosa, el infierno. Purgan en él su pecado los mismos personajes, sometidos a curiosas torturas en máquinas que adquieren el aspecto de instrumentos musicales, relojes de sol, miembros humanos o formas entre zoológicas y vegetales. Al fondo, explosiones ígneas recuerdan la naturaleza propia del averno. Su visión pesimista juzgan el mundo dominado por el mal, el pecado y la locura, lo que ha de conducir irremediablemente a la muerte, la condenación y los horrores del infierno.

Auto de fe - Pedro Berruguete

Museo del Prado

Pedro Berruguete
En esta obra acentúa el autor el dramatismo de la escena de la quema de herejes por el tribunal de la Inquisición. Santo Domingo de Guzmán, se halla sobre una tribuna con dosel, rodeado por seis jueces; uno de ellos viste el hábito dominico, mientras que otro sostiene el estandarte del Santo Oficio en el que campea una cruz florenzada. Doce inquisidores completan el grupo. Los relapsos, en la tribuna de la izquierda, son identificables por los atributos de su condición –el sambenito o escapulario y la coroza o capirote cónico- y están siendo exhortados ante el suplicio. Dos herejes desnudos ocupan, a la derecha, su sitio en la pira, mientras que otros dos aguardan su turno al pie de la misma; los letreros que los adornan ostentan la leyenda “condenado herético”.

lunes, 5 de octubre de 2009

Las amapolas - Poppies - Claude Monet

Museo D´Orsay
Claude Monet
Ejecutado en 1873, un año antes de la primera exposición impresionista, el cuadro responde al propósito de percibir la apariencia cambiante del paisaje, propósito que requiere una ejecución rápida y, por supuesto, la observación directa. De la instantaneidad del momento dan fe las cuatro figuras que transitan por el lugar.

Mujeres en el jardín - Women in the Garden - Claude Monet

Museo D´Orsay 


Claude Monet
La composición muestra a cuatro damas vestidas a la moda veraniega que han sido agrupadas de una forma excéntrica en un rincón del jardín. El escenario permite diversos niveles de iluminación: un primer término umbrío, una zona soleada y, en el lado izquierdo, la ligera sombra de los árboles. Una de las figuras, sentada en el suelo, se cobija bajo un parasol, por lo que su rostro recibe una luz azulada, procedente de su vestido; el reflejo modela los rasgos de abajo a arriba.

domingo, 4 de octubre de 2009

El salón de danza en la Ópera-The dance hall at the Opera - Edgar Degas

Museo D´Orsay

Edgar Degas
Representa esta tela la clase de ballet dirigida por el maestro Moraine, quien aparece a la derecha, vestido de blanco y apoyado en un bastón mientras prodiga sus instrucciones a una joven bailarina. A su lado, en una silla, se halla el violoncelista. Por la puerta del lado izquierdo se percibe la figura de otra bailarina, mientras que en el gran espejo cobijado bajo el arco se reflejan las imágenes de otras tres jóvenes.

El baño-The bathroom - Edgar Degas

Museo D´Orsay
Edgar Degas

Este pastel constituye un atrevido intento de dislocación perspectiva. Adopta el artista una posición que parece sugerir la observación por el ojo de la cerradura, a lo que contribuye la espontánea posición de la modelo, haciendo chorrear la esponja sobre su cuello. Desde este punto de vista, la mesa donde se hallan las jarras, un cepillo, tijeras y un postizo de pelo queda en un plano más elevado que la figura. Con objeto de suministrar claros elementos de interpretación compositiva, Degas ha permitido que el mango del cepillo y el asa de la jarra sobresalgan de la línea de dicha mesa. Su extraordinaria sensibilidad para captar el ambiente luminoso consigue transportar al espectador de esta obra al intimismo de una habitación femenina.

La familia Bellelli-The Bellelli family - Edgar Degas

Museo D´Orsay
Edgar Degas

El cuadro tiene un interés documental, puesto que el barón Bellelli era tío del pintor por su matrimonio con Laura Degas, que aparece en el lienzo junto a la mesa, con una mano sobre el hombro de su hija mayor, Jeanne, junto a la cual, sentada en una silla, se halla la menor, Julie. El barón lee unos papeles, ante la chimenea. Falta en esta composición, realizada entre 1860 y 1862, la imagen de Jean, hijo del matrimonio que había fallecido en fecha inmediatamente anterior. El marco hogareño era bien conocido por Degas, quien pasó largas temporadas en casa de sus tíos, en Florencia.

La mujer del jarrón-Women on the vase - Edgar Degas

Museo D´Orsay
Edgar Degas
La esplendida condición de dibujante de Degas es manifiesta en esta obra. Al propio tiempo, el cuadro revela una preocupación constante del artista por obtener efectos de monumentalismo por medio de un sistema de composición que tiende a poner en valor los planos espaciales. Para este retrato sirvió de modelo Estelle Musson, prima del pintor que habría de convertirse en su cuñada por matrimonio con René Degas. La expresión fija y desviada del personaje se explica por la circunstancia de que Estelle era ciega.

Adán y Eva - Adam and Eve - Vecellio di Gregorio Tiziano

Adán y Eva - Adam and Eve - Vecellio di Gregorio Tiziano - Museo del Prado. En el árbol que se recorta contra un amable celaje, la serpiente con apariencia infantil ofrece el fruto prohibido a Eva, mientras que Adán, sentado, trata de impedirlo sin demasiada convicción. Ambas formas humanas destacan rotundamente del fondo paisajístico y sus contornos revelan algunos arrepentimientos del pintor en el curso de la ejecución del lienzo; son evidentes, por ejemplo, los cambios de idea en el contorno del torso y espalda de Adán. Está firmado en el ángulo inferior izquierdo, sobre una piedra.
Museo del Prado
1550
240 x 186 cm. Óleo sobre lienzo

Vecellio di Gregorio Tiziano
En el árbol que se recorta contra un amable celaje, la serpiente con apariencia infantil ofrece el fruto prohibido a Eva, mientras que Adán, sentado, trata de impedirlo sin demasiada convicción. Ambas formas humanas destacan rotundamente del fondo paisajístico y sus contornos revelan algunos arrepentimientos del pintor en el curso de la ejecución del lienzo; son evidentes, por ejemplo, los cambios de idea en el contorno del torso y espalda de Adán. Está firmado en el ángulo inferior izquierdo, sobre una piedra.


Obras de:
Vecellio di Gregorio Tiziano
Adán y Eva Amor profano y amor divinoAutorretrato
Concierto campestre Coronación de espinasDánae recibiendo la lluvia de oro
El Dux Niccolo Marcello El emperador Carlos V, a caballo en MühlbergEl hombre de la palma
El hombre del guante El hombre vestido de azulEl tributo del cesar
Flora Jesús y el CireneoLa Bacanal de los Andrios
La Venus de Urbino La Venus del PardoLa Virgen con el Niño entre San Antonio de Padua y San Roque
La Virgen de san Nicoló dei Frari La Virgen y el NiñoNoli me Tangere
Ofrenda a Venus, diosa de los amores PiedadRetrato de Cristoforo Madruzzo
Retrato de Felipe II Retrato de Francisco IRetrato de la emperatriz Isabel de Portugal
Retrato de un caballero veneciano Retrato de una dama con abanicoRetrato de una hija de Roberto Strozzi
Retrato del Dux Andrea Gritti Retrato del Dux Marcantonio TrevisaniRetrato del emperador Carlos V
Retrato del papa Paulo III San Juan BautistaVenus ante un espejo
Venus recreándose con el Amor y la Música / Venus recreándose en la Música Venus vendando los ojos del AmorVenus y Adonis


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