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miércoles, 29 de mayo de 2013

La Casa Amarilla - The Yellow House - Vincent Van Gogh

La Casa Amarilla - The Yellow House - Vincent Van Gogh -  Van Gogh Museum, Ámsterdam, La casa de Vincent en Arles, septiembre de 1888. Esta casa es para Vincent mucho más que un lugar de trabajo, es una esperanza: la de poder crear por fin un taller con la ilusión de que pudiese convertirse en el “estudio del sur” en el que los artistas podrán trabajar juntos, inventar juntos la pintura del futuro. Van Gogh vivió allí menos de seis meses, desde el 18 de septiembre de 1888 hasta el 9 de febrero de 1889. Antes de nada, para poder mudarse a esta casa amarilla le hace falta una cama; pero el vendedor de muebles no acepta alquilarle una ni que le paguen a crédito. Queda esperar el dinero de Theo... Vincent está persuadido de que «los cuadros impresionistas subirán», de que «el capital desembolsado volverá a nuestras manos, si no en dinero, en valores».  «Pues bien, hoy he alquilado el ala derecha de esta construcción, que tiene cuatro habitaciones, o más bien dos con dos gabinetes. Está pintada de amarillo por fuera y encalada por dentro, y a pleno sol. La he alquilado a razón de quince francos al mes. Ahora mi deseo sería amueblar la habitación, la del primer piso, para poder dormir allí. (...) Espero haber acertado esta vez, ya sabes —amarillo por fuera, blanco por dentro, a pleno sol, por fin podré ver mis cuadros en un interior bien claro.» A Theo, 1 de mayo de 1888 (Cartas a su hermano Theo)
Van Gogh Museum, Ámsterdam
1888
76 x 94 cm. Óleo sobre lienzo

Vincent Van Gogh
La casa de Vincent en Arles, septiembre de 1888. Esta casa es para Vincent mucho más que un lugar de trabajo, es una esperanza: la de poder crear por fin un taller con la ilusión de que pudiese convertirse en el “estudio del sur” en el que los artistas podrán trabajar juntos, inventar juntos la pintura del futuro. Van Gogh vivió allí menos de seis meses, desde el 18 de septiembre de 1888 hasta el 9 de febrero de 1889.
Antes de nada, para poder mudarse a esta casa amarilla le hace falta una cama; pero el vendedor de muebles no acepta alquilarle una ni que le paguen a crédito. Queda esperar el dinero de Theo... Vincent está persuadido de que «los cuadros impresionistas subirán», de que «el capital desembolsado volverá a nuestras manos, si no en dinero, en valores».

«Pues bien, hoy he alquilado el ala derecha de esta construcción, que tiene cuatro habitaciones, o más bien dos con dos gabinetes. Está pintada de amarillo por fuera y encalada por dentro, y a pleno sol. La he alquilado a razón de quince francos al mes. Ahora mi deseo sería amueblar la habitación, la del primer piso, para poder dormir allí. (...) Espero haber acertado esta vez, ya sabes —amarillo por fuera, blanco por dentro, a pleno sol, por fin podré ver mis cuadros en un interior bien claro.» A Theo, 1 de mayo de 1888 (Cartas a su hermano Theo)


Obras de:
Vincent Van Gogh
AutorretratoAutorretratoAutorretrato con la oreja cortada
Borrachos Café por la noche, Place Lamartine, Arles Campo de trigo con cuervos
Chozas en Cordeville Ciprés con cielo estrellado Dos girasoles
El escolar El niño de los Roulin El restaurante de la Sirena
Espectadores en los toros GirasolesJaponería: Oiran
Jarrón con girasolesJarrón con malvaviscosLa Arlesiana
La Casa AmarillaLa habitación de Van Gogh en ArlesLa iglesia de Auvers
La ItalianaLa Mousmé sentadaLa siesta
La silla de GauguinLa silla del pintorLa terraza del café por la noche, Place du Forum, Arles
Las caravanasLos comedores de patatasMlle. Gachet al piano
Mujeres con sacos de carbónNaturaleza muerta con Biblia y candelabroNaturaleza muerta con lirios
Noche estrelladaPaisaje al atardecerPaseo en el crepúsculo
Prado con mariposasRetrato de Joseph RoulinRetrato de la señora Roulin
Retrato de MillietRetrato de Pére Tanguy Retrato del doctor Gachet
Retrato del doctor ReyRetrato del pintor BochRonda de prisioneros
Sauces a la puesta de solSembrador a la puesta de solTejedores en el telar
Trigo verdeUn par de zapatos


La última comunión de san Jerónimo / Domenichino

Pinacoteca Vaticana

Domenichino
Este cuadro fue compuesto en 1614 y se basa en una obra del mismo tema que Agostino Carracci había ejecutado poco antes en Bolonia. Su concepto pictórico constituye la antítesis del caravaggismo; las figuras se insertan en un marco arquitectónico que ha sido descrito con precisión e interés, agrupándose de una forma teatral a fin de facilitar la narración del episodio. La luz y el color son todavía de tradición manierista, mientras que en la composición del paisaje se aprecia el influjo de la escuela flamenca.

domingo, 26 de mayo de 2013

Sembrador a la puesta de sol - Sower at sunset - Vincent Van Gogh

Sembrador a la puesta de sol - Sower at sunset - Vincent Van Gogh -  Kröller-Müller Museum, Otterlo, En el periodo que pasó en Arles, Van Gogh se ocupó mucho del tema simbólico del sembrador. Aquí, al gesto que evoca la vida futura se une la presencia casi mística del sol amarillo.  El cuadro fue pintado en Provenza, donde el artista había ido en busca de una luz más fuerte y de tonos más vivos; el sur representaba en su imaginación una especie de paraíso incontaminado. Dominan el lienzo dos tonos complementarios: el violeta del campo y de la figura en contraposición con el amarillo del cielo y de las espigas. Las ropas del sembrador son de los mismos colores que la naturaleza que lo rodea, en una implícita identificación. Sin embargo, no está en el centro del cuadro, ocupado por la visión de la esfera del sol, casi cegadora. La dirección de las pinceladas simula los rayos y también el campo sigue una dirección circular, como si del astro se liberase una fuerza benéfica, vivificante, que todo lo invade.
Kröller-Müller Museum, Otterlo
1888
64 x 80,5 cm. Óleo sobre lienzo

Vincent Van Gogh
En el periodo que pasó en Arles, Van Gogh se ocupó mucho del tema simbólico del sembrador. Aquí, al gesto que evoca la vida futura se une la presencia casi mística del sol amarillo. 
El cuadro fue pintado en Provenza, donde el artista había ido en busca de una luz más fuerte y de tonos más vivos; el sur representaba en su imaginación una especie de paraíso incontaminado. Dominan el lienzo dos tonos complementarios: el violeta del campo y de la figura en contraposición con el amarillo del cielo y de las espigas. Las ropas del sembrador son de los mismos colores que la naturaleza que lo rodea, en una implícita identificación. Sin embargo, no está en el centro del cuadro, ocupado por la visión de la esfera del sol, casi cegadora. La dirección de las pinceladas simula los rayos y también el campo sigue una dirección circular, como si del astro se liberase una fuerza benéfica, vivificante, que todo lo invade.


Obras de:
Vincent Van Gogh
AutorretratoAutorretratoAutorretrato con la oreja cortada
Borrachos Café por la noche, Place Lamartine, Arles Campo de trigo con cuervos
Chozas en Cordeville Ciprés con cielo estrellado Dos girasoles
El escolar El niño de los Roulin El restaurante de la Sirena
Espectadores en los toros GirasolesJaponería: Oiran
Jarrón con girasolesJarrón con malvaviscosLa Arlesiana
La Casa AmarillaLa habitación de Van Gogh en ArlesLa iglesia de Auvers
La ItalianaLa Mousmé sentadaLa siesta
La silla de GauguinLa silla del pintorLa terraza del café por la noche, Place du Forum, Arles
Las caravanasLos comedores de patatasMlle. Gachet al piano
Mujeres con sacos de carbónNaturaleza muerta con Biblia y candelabroNaturaleza muerta con lirios
Noche estrelladaPaisaje al atardecerPaseo en el crepúsculo
Prado con mariposasRetrato de Joseph RoulinRetrato de la señora Roulin
Retrato de MillietRetrato de Pére Tanguy Retrato del doctor Gachet
Retrato del doctor ReyRetrato del pintor BochRonda de prisioneros
Sauces a la puesta de solSembrador a la puesta de solTejedores en el telar
Trigo verdeUn par de zapatos


Naturaleza muerta con lirios - Still life with Irises - Vincent Van Gogh

Naturaleza muerta con lirios - Still life with Irises - Vincent Van Gogh -  Van Gogh Museum, Ámsterdam, Durante la estancia en la clínica de Saint-Paul-de-Mausole, Van Gogh sufrió varias recaídas. Escribió a Theo: "Tengo necesidad de aire, me siento dominado por el tedio y el dolor". Las largas y afiladas hojas en forma de espada de los lirios contrastan con la blandura de las flores, que Vincent representa en toda su belleza, de una especial fragilidad. A diferencia de los cuadros impresionistas, donde las plantas son manchas de color sin forma, los lirios son estudiados atentamente en sus formas individuales, con la misma precisión que se advierte en los retratos de Van Gogh. "Estoy pintando un ramo violeta que va hasta el carmín y el azul de Prusia puro, destacándose sobre un fondo amarillo limón agudo, con muchos otros tonos amarillos en el jarrón". De nuevo, un dificilísimo acuerdo de amarillos. El fondo "limón" envuelve los lirios y refleja en algunos puntos su gama fría. Vincent reduce las dimensiones del jarrón, como para subrayar la explosión turbulenta de las flores. El violeta y el amarillo construyen un emocionante contraste cromático, que Vincent ya había usado en Sembrador a la puesta de sol.
Van Gogh Museum, Ámsterdam
1889
92 x 73,5 cm. Óleo sobre lienzo

Vincent Van Gogh
Durante la estancia en la clínica de Saint-Paul-de-Mausole, Van Gogh sufrió varias recaídas. Escribió a Theo: "Tengo necesidad de aire, me siento dominado por el tedio y el dolor". 
Las largas y afiladas hojas en forma de espada de los lirios contrastan con la blandura de las flores, que Vincent representa en toda su belleza, de una especial fragilidad. A diferencia de los cuadros impresionistas, donde las plantas son manchas de color sin forma, los lirios son estudiados atentamente en sus formas individuales, con la misma precisión que se advierte en los retratos de Van Gogh. "Estoy pintando un ramo violeta que va hasta el carmín y el azul de Prusia puro, destacándose sobre un fondo amarillo limón agudo, con muchos otros tonos amarillos en el jarrón". De nuevo, un dificilísimo acuerdo de amarillos. El fondo "limón" envuelve los lirios y refleja en algunos puntos su gama fría. Vincent reduce las dimensiones del jarrón, como para subrayar la explosión turbulenta de las flores. El violeta y el amarillo construyen un emocionante contraste cromático, que Vincent ya había usado en Sembrador a la puesta de sol.


Obras de:
Vincent Van Gogh
AutorretratoAutorretratoAutorretrato con la oreja cortada
Borrachos Café por la noche, Place Lamartine, Arles Campo de trigo con cuervos
Chozas en Cordeville Ciprés con cielo estrellado Dos girasoles
El escolar El niño de los Roulin El restaurante de la Sirena
Espectadores en los toros GirasolesJaponería: Oiran
Jarrón con girasolesJarrón con malvaviscosLa Arlesiana
La Casa AmarillaLa habitación de Van Gogh en ArlesLa iglesia de Auvers
La ItalianaLa Mousmé sentadaLa siesta
La silla de GauguinLa silla del pintorLa terraza del café por la noche, Place du Forum, Arles
Las caravanasLos comedores de patatasMlle. Gachet al piano
Mujeres con sacos de carbónNaturaleza muerta con Biblia y candelabroNaturaleza muerta con lirios
Noche estrelladaPaisaje al atardecerPaseo en el crepúsculo
Prado con mariposasRetrato de Joseph RoulinRetrato de la señora Roulin
Retrato de MillietRetrato de Pére Tanguy Retrato del doctor Gachet
Retrato del doctor ReyRetrato del pintor BochRonda de prisioneros
Sauces a la puesta de solSembrador a la puesta de solTejedores en el telar
Trigo verdeUn par de zapatos


Sagrada Familia de Panciatichi / Angelo Bronzino

Galería de los Uffizi, Florencia

Angelo Bronzino
Esta obra manifiesta no sólo la capacidad técnica de Bronzino, sino también su característica tendencia a la composición recargada y a los movimientos corporales rebuscados. La Sagrada Familia con san Juan niño, que abraza a Jesús, aparece ante un promontorio rocoso coronado por una fortaleza, y todo ello bajo un cielo oscuro. En las almenas ondea la bandera con el blasón del donante, la familia Panciatichi.

Retablo del monasterio de Sigena (Huesca) - Altarpiece of the Virgin of Sigena - Hermanos Serra

Retablo del monasterio de Sigena (Huesca) - Altarpiece of the Virgin of Sigena - Hermanos Serra - Museo de Arte de Cataluña. El arte de los pintores de la familia Serra revela la renovación de la influencia sienesa en Cataluña durante las postrimerías del siglo XIV. Este retablo aporta soluciones compositivas y perspectivas de clara filiación italiana; ofrece, al propio tiempo, una estructura que ha de experimentar pocas innovaciones en el transcurso del tiempo: escenas ordenadas en cinco calles verticales, la central de mayor anchura y altura, con bancal o predela, y enmarque -guardapolvo- prominente. La aparición de un donante, a los pies de la Virgen, introduce una nota retratística prácticamente insólita en el arte hispánico de fecha anterior.
Museo de Arte de Cataluña
1367
345 x 324 cm. Temple, dorado con pan de oro y hoja metálica sobre tabla

Hermanos Serra
El arte de los pintores de la familia Serra revela la renovación de la influencia sienesa en Cataluña durante las postrimerías del siglo XIV. Este retablo aporta soluciones compositivas y perspectivas de clara filiación italiana; ofrece, al propio tiempo, una estructura que ha de experimentar pocas innovaciones en el transcurso del tiempo: escenas ordenadas en cinco calles verticales, la central de mayor anchura y altura, con bancal o predela, y enmarque -guardapolvo- prominente. La aparición de un donante, a los pies de la Virgen, introduce una nota retratística prácticamente insólita en el arte hispánico de fecha anterior.


Obras de:
Familia Serra
Retablo del monasterio de Sigena (Huesca) Virgen con ángeles


jueves, 23 de mayo de 2013

La terraza del café por la noche, Place du Forum, Arles - Café terrace on the place du Forum Arles - Vincent Van Gogh

La terraza del café por la noche, Place du Forum, Arles - Café terrace on the place du Forum Arles - Vincent Van Gogh -  Kröller-Müller Museum, Otterlo, Vincent van Gogh pintó esta obra, que se encuentra en el Kröller-Müller Museum de Otterlo, en septiembre de 1888, en el mismo período que Café de noche; no obstante, esta multicolor vista externa es menos dramática. En esta ocasión las estrellas son flores del paraíso. Más tarde Henri Matisse dirá que las flores son las estrellas de la tierra. Dominado por ese estado de ánimo, Vincent escribió: "La noche es más viva y está más ricamente coloreada que el día". El amarillo del café destaca sobre el negroturquesa de las calles lejanas y el violeta azulado de la puerta en primer plano, y en un punto esencial roza el remoto cielo azul. En pocos centímetros de color el paisaje pasa del verde a una tonalidad anaranjada. Los paseantes de la plaza, envueltos en la órbita cálida y alegre del café, se miran y se estudian: una joven con cofia y chal y un hombre con las manos en los bolsillos se cruzan y parece como si sus miradas también se rozaran. Luminosas como monedas de plata, las mesas de esta pintura atraen a los paseantes. Parecen lunas llenas de verano, unas junto otras, reflejando todas las pequeñas luces de la noche. El espacio se abre a la derecha con un escorzo de la vida ciudadana, divididas por las siluetas oscuras de las casas y por las luces de las ventanas. Van Gogh pinta algunos pormenores con un tono sobre otro del mismo color, como el farol amarillo que destaca ante los muros del café.
Kröller-Müller Museum, Otterlo
1888
81 x 65,5 cm. Óleo sobre lienzo

Vincent Van Gogh
Vincent van Gogh pintó esta obra, que se encuentra en el Kröller-Müller Museum de Otterlo, en septiembre de 1888, en el mismo período que Café de noche; no obstante, esta multicolor vista externa es menos dramática. 
En esta ocasión las estrellas son flores del paraíso. Más tarde Henri Matisse dirá que las flores son las estrellas de la tierra. Dominado por ese estado de ánimo, Vincent escribió: "La noche es más viva y está más ricamente coloreada que el día". 
El amarillo del café destaca sobre el negroturquesa de las calles lejanas y el violeta azulado de la puerta en primer plano, y en un punto esencial roza el remoto cielo azul. En pocos centímetros de color el paisaje pasa del verde a una tonalidad anaranjada. Los paseantes de la plaza, envueltos en la órbita cálida y alegre del café, se miran y se estudian: una joven con cofia y chal y un hombre con las manos en los bolsillos se cruzan y parece como si sus miradas también se rozaran. Luminosas como monedas de plata, las mesas de esta pintura atraen a los paseantes. Parecen lunas llenas de verano, unas junto otras, reflejando todas las pequeñas luces de la noche. El espacio se abre a la derecha con un escorzo de la vida ciudadana, divididas por las siluetas oscuras de las casas y por las luces de las ventanas. Van Gogh pinta algunos pormenores con un tono sobre otro del mismo color, como el farol amarillo que destaca ante los muros del café.


Obras de:
Vincent Van Gogh
AutorretratoAutorretratoAutorretrato con la oreja cortada
Borrachos Café por la noche, Place Lamartine, Arles Campo de trigo con cuervos
Chozas en Cordeville Ciprés con cielo estrellado Dos girasoles
El escolar El niño de los Roulin El restaurante de la Sirena
Espectadores en los toros GirasolesJaponería: Oiran
Jarrón con girasolesJarrón con malvaviscosLa Arlesiana
La Casa AmarillaLa habitación de Van Gogh en ArlesLa iglesia de Auvers
La ItalianaLa Mousmé sentadaLa siesta
La silla de GauguinLa silla del pintorLa terraza del café por la noche, Place du Forum, Arles
Las caravanasLos comedores de patatasMlle. Gachet al piano
Mujeres con sacos de carbónNaturaleza muerta con Biblia y candelabroNaturaleza muerta con lirios
Noche estrelladaPaisaje al atardecerPaseo en el crepúsculo
Prado con mariposasRetrato de Joseph RoulinRetrato de la señora Roulin
Retrato de MillietRetrato de Pére Tanguy Retrato del doctor Gachet
Retrato del doctor ReyRetrato del pintor BochRonda de prisioneros
Sauces a la puesta de solSembrador a la puesta de solTejedores en el telar
Trigo verdeUn par de zapatos


Alegoría de la Fortuna / Guido Reni

Pinacoteca Vaticana

Guido Reni
El estilo de la composición revela la dependencia del clasicismo de Rafael y, en muchos aspectos, preludia el neoclasicismo. Por dichas razones, Reni gozó del favor de sus contemporáneos y del de todos los pintores académicos en general, quienes vieron en él un común interés por la armonía escultórica y la idealización de la figura.

martes, 21 de mayo de 2013

Retrato de Goya / Vicente López y Portaña

Museo del Prado

Vicente López y Portaña
Vicente López procura terminar cuidadosamente sus retratos. Consigue dotarles de un realismo apreciable, si bien no acierta a darles el brío y la valentía técnica que respiran los goyescos. 
Este retrato de Goya es una de sus pinturas más conocidas. Está preocupado sobremanera por la forma y el contorno, lo que hace alisar el color hasta convertirlo en esmalte, según la tradición de Mengs (su maestro). Quedan así los retratos demasiado planos y faltos de vida, como si fueran láminas plastificadas en las que no se nota la profundidad del espacio ni de la personalidad del retratado. Sin embargo, el retrato presente no está demasiado terminado, porque Goya le aconsejó que lo dejara en ese estado, resultando más auténtico que las otras obras de López.

Descenso de Jesús al Limbo / Bartolomé Bermejo

Museo de Arte de Cataluña

Bartolomé Bermejo
Uno de los pintores del último cuarto del siglo XV en los que prevalece de forma más pura el naturalismo flamenco es Bartolomé Bermejo, que había nacido en Córdoba pero desarrolló su labor en los estados de la Corona de Aragón. Su Descenso de Jesús al Limbo pone de manifiesto una fórmula expresiva teñida de fuerte dramatismo. La pieza corresponde a un retablo probablemente ejecutado en Daroca hacia 1475.

La Virgen con el Niño / Pedro Berruguete

Museo del Prado

Pedro Berruguete
Esta pequeña tabla, antaño perteneciente a la colección Bosch, reafirma las preocupaciones estéticas del pintor. La apertura al paisaje con río, a través de la ventana de la izquierda, suministra la nota ambiental y espacial que interesa al maestro.

sábado, 18 de mayo de 2013

Retablo de Santa Úrsula / Juan Rexach

Procede de Cubells
Museo de Arte de Cataluña


Juan Rexach
Su aprendizaje en el taller de Jacomart le dio los medios técnicos para desarrollar composiciones de tanta ambición como los retablos de la Epifanía, procedente del convento agustino de Rubielos de Mora, y el dedicado a santa Úrsula que pintara en 1468 para la parroquial de Cubells. Ambos revelan un gusto por los grandes formatos y el tratamiento monumental de la figura, cuya individualidad va imponiéndose en la secuencia narrativa de las distintas escenas que componen la obra. Un elemento más de la personalidad de su autor, imbuido de ideas humanistas, lo proporciona la aparición de su firma sobre un cartellino situado a los pies de la santa titular del segundo de estos retablos.

Retablo de la Epifanía / Juan Rexach

Procede de Rubielos de Mora
Museo de Arte de Cataluña


Juan Rexach
Su aprendizaje en el taller de Jacomart le dio los medios técnicos para desarrollar composiciones de tanta ambición como los retablos de la Epifanía, procedente del convento agustino de Rubielos de Mora, y el dedicado a santa Úrsula que pintara en 1468 para la parroquial de Cubells. Ambos revelan un gusto por los grandes formatos y el tratamiento monumental de la figura, cuya individualidad va imponiéndose en la secuencia narrativa de las distintas escenas que componen la obra. Un elemento más de la personalidad de su autor, imbuido de ideas humanistas, lo proporciona la aparición de su firma sobre un cartellino situado a los pies de la santa titular del segundo de estos retablos.

viernes, 17 de mayo de 2013

Virgen con el Niño / Francescuccio Ghissi

Pinacoteca Vaticana

Francescuccio Ghissi
Esta obra evidencia la dependencia estilística y técnica de la escuela de Siena en particular el procedimiento de modelado de los rostros, a base de pinceladas que componen un menudo rasgueado, superponiendo toques claros al fondo oscuro del verdaccio. La tradición de la pintura pregiottesca pervive también en el concepto hierático de las figuras, cuyas formas ocultan los ropajes suntuosamente decorados con oros. El fondo liso contribuye a acentuar la impresión de monumentalidad y estatismo.

Retrato de Milliet - Milliet portrait - Vincent Van Gogh

Retrato de Milliet - Milliet portrait - Vincent Van Gogh -  Kröller-Müller Museum, Otterlo, Milliet aparece con la estrella y la luna, insignias de los zuavos, y una medalla conmemorativa de Tonkín. Se trata de otra amistad fugaz en la vida de Vincent: el uno de noviembre de 1888, el subteniente parte para Argelia. Van Gogh se centra en el rostro: describe con atención las cejas, la barba y los largos bigotes rojizos, las pequeñas orejas de soplillo, la nariz. La gorra torcida da al personaje un aire presuroso que se compadece bien con la mirada resuelta y la expresión ceñuda.
Kröller-Müller Museum, Otterlo
1888
60 x 49 cm. Óleo sobre lienzo

Vincent Van Gogh
Milliet aparece con la estrella y la luna, insignias de los zuavos, y una medalla conmemorativa de Tonkín. Se trata de otra amistad fugaz en la vida de Vincent: el uno de noviembre de 1888, el subteniente parte para Argelia. 
Van Gogh se centra en el rostro: describe con atención las cejas, la barba y los largos bigotes rojizos, las pequeñas orejas de soplillo, la nariz. La gorra torcida da al personaje un aire presuroso que se compadece bien con la mirada resuelta y la expresión ceñuda.


Obras de:
Vincent Van Gogh
AutorretratoAutorretratoAutorretrato con la oreja cortada
Borrachos Café por la noche, Place Lamartine, Arles Campo de trigo con cuervos
Chozas en Cordeville Ciprés con cielo estrellado Dos girasoles
El escolar El niño de los Roulin El restaurante de la Sirena
Espectadores en los toros GirasolesJaponería: Oiran
Jarrón con girasolesJarrón con malvaviscosLa Arlesiana
La Casa AmarillaLa habitación de Van Gogh en ArlesLa iglesia de Auvers
La ItalianaLa Mousmé sentadaLa siesta
La silla de GauguinLa silla del pintorLa terraza del café por la noche, Place du Forum, Arles
Las caravanasLos comedores de patatasMlle. Gachet al piano
Mujeres con sacos de carbónNaturaleza muerta con Biblia y candelabroNaturaleza muerta con lirios
Noche estrelladaPaisaje al atardecerPaseo en el crepúsculo
Prado con mariposasRetrato de Joseph RoulinRetrato de la señora Roulin
Retrato de MillietRetrato de Pére Tanguy Retrato del doctor Gachet
Retrato del doctor ReyRetrato del pintor BochRonda de prisioneros
Sauces a la puesta de solSembrador a la puesta de solTejedores en el telar
Trigo verdeUn par de zapatos


Ángel músico / Melozzo da Forli

Museo del Prado

Melozzo da Forli
Constituye un interesante ejemplo de la pintura italiana al fresco de la segunda mitad del siglo XV. A pesar de su carácter fragmentario, esta figura en actitud de tañer un laúd permite imaginar el conjunto al que pertenecía, sin duda un grupo de criaturas aladas en un paisaje convencional poblado por árboles.

jueves, 16 de mayo de 2013

La Piedad / Fernando Gallego

Museo del Prado

Fernando Gallego
En esta pintura perviven todavía elementos heredados del estilo gótico internacional. El procedimiento descriptivo de los personajes, así como su integración en el paisaje, son, asimismo, tradicionales. Razones jerárquicas han impulsado al autor a representar a los donantes a una escala menor que las figuras de la Virgen y Cristo. Su actitud implorante tiene el refuerzo narrativo de la inscripción “miserere mei Domine” (Señor, ten misericordia de mí!) que emana de labios del caballero. Sus letras, al igual que las de la firma del pintor, de gran tamaño, situada en la parte baja central de la tabla, han sido tratadas de forma ilusionista, como si estuviesen incisas sobre la piedra. 
Los dos personajes principales fueron compuestos de forma que sus volúmenes equilibrasen los del paisaje montuoso que les sirve de fondo. En el centro de éste aparece lejana la ciudad de Jerusalén, cuya arquitectura, sin embargo, es de un notorio aspecto flamenco. Los peñascos que cierran el horizonte, labrados en abrupta forma, contribuyen a acentuar el dramatismo general de la obra.

martes, 14 de mayo de 2013

Triunfo de la muerte / Pieter Brueghel el Viejo

Museo del Prado

Pieter Brueghel el Viejo
Desarrolla Brueghel un tema característico de la iconografía medieval, revistiéndolo de unos caracteres anecdóticos que le proporcionan extraordinario impacto narrativo. Al igual que en la pintura del Bosco, la descripción se basa, en lo ideológico, en una filosofía de hondo pesimismo, mientras que, en lo formal, cabe rastrear elementos tomados de las series de estampas que popularizaron la imagen de la muerte en la Europa nórdica. El marco paisajístico carece apenas de importancia, ya que los primeros términos quedan ocultos por las masas de pequeños personajes que en ellos pululan, al tiempo que las lejanías se hallan oscurecidas por humaredas de incendios, su paisaje vegetal arrasado por la catástrofe. Simbólicamente se yerguen en ellas mástiles coronados por ruedas de carro, lúgubres picotas sobre las que se balancean los cadáveres. El relato es compresible para cualquier espectador; a la izquierda, dos hombres hacen sonar la campana que señala la hora final. Llega la muerte con carácter colectivo, sin respetar sexos ni clases sociales. A pesar del anuncio, coge desprevenidos a todos. En un primer plano, a la derecha, una mesa sin comensales, todavía repleta de manjares, indica tal circunstancia. De la fiesta campestre no sobreviven más que una pareja -en amoroso concierto, inminentemente amenazada pero ajena a lo que ocurre a su entorno- y un caballero que se apresta a desenvainar su espada para defenderse de lo irremediable. Las legiones de la muerte, parapetadas tras sus escudos, avanzan en apretadas filas sobre la masa, que sucumbe al ataque de la vanguardia. El caos está colmado de escenas sangrientas, de personajes horrorizados. Ciertos cadáveres ya han sido amortajados; uno de ellos yace en un ataúd con ruedas. El tribunal de la muerte, presidido por la enseña de la cruz, contempla impasible la hecatombe. Ante él -en el lado izquierdo de la composición- circula un carro cargado de cadáveres que sin duda pasarán a engrosar los ejércitos de los muertos. Revestido de su capa con vueltas de armiño y asiendo todavía el cetro, recibe el rey el golpe fatal. Los cuerpos, en fin, van cayendo segados por las guadañas. 
El marco ambiental anodino sirve, en suma, para resaltar la pequeñez, crueldad y falta de sentido común del hombre, que pretende rectificar un destino que le ha sido impuesto. Su visión comporta también una dosis de humor sardónico, patente, por ejemplo, en la figura del juglar, con jubón ajedrezado, que trata de esconderse bajo la mesa. Contrariamente a lo que pudiera pensarse, el artista era hombre preocupado por el saber de su tiempo, trataba de transmitir un mensaje filosófico valiéndose de unas imágenes cuyo análisis superficial podría resaltar engañoso.

lunes, 13 de mayo de 2013

La Mousmé sentada - La Mousmé sitting - Vincent Van Gogh

La Mousmé sentada - La Mousmé sitting - Vincent Van Gogh -  National Gallery of Art, Washington, A Van Gogh siempre le había atraído el retrato, que al final de su vida había llegado a constituir su interés principal. La imagen se organiza a la manera tradicional, con la modelo posando ante un fondo monocromo, que el artista realiza mediante breves y espesos trazos de pincel que se cruzan en ángulo recto, simulando la estructura de un tejido. La muchacha aparece de tres cuartos y su figura atraviesa en diagonal la superficie pictórica. Vuelve hacia el artista la mirada pensativa, titubeante, y en la mano tiene un ramo de flores de almendro o de melocotonero, uno de los temas que Vincent había pintado en mil versiones. Su vestimenta se convierte para el artista en un pretexto para un juego decorativo, con la larga fila de botones rojos del corpiño de listas verticales, que prolonga la gran nube de grandes pois de la falda, que parecen flotar sobre la masa oscura. Como ha experimentado en otras ocasiones, Van Gogh limita su paleta a pocos colores, sabiamente dosificados y alternados sobre la superficie: al fondo verde se contrapone la dominante roja del traje de la muchacha, con la que alternan detalles blancos y negros y el rosado del rostro y las manos, sintetizadas en dos masas ahusadas. La silla oscura, con sus formas curvas y aéreas, rodea a la figura, trazando arcos ornamentales ante el fondo pálido y cerrando por lo demás el espacio vacío de la derecha.
National Gallery of Art, Washington
1888
74 x 60 cm. Oleo sobre lienzo

Vincent Van Gogh
A Van Gogh siempre le había atraído el retrato, que al final de su vida había llegado a constituir su interés principal. 
La imagen se organiza a la manera tradicional, con la modelo posando ante un fondo monocromo, que el artista realiza mediante breves y espesos trazos de pincel que se cruzan en ángulo recto, simulando la estructura de un tejido. La muchacha aparece de tres cuartos y su figura atraviesa en diagonal la superficie pictórica. Vuelve hacia el artista la mirada pensativa, titubeante, y en la mano tiene un ramo de flores de almendro o de melocotonero, uno de los temas que Vincent había pintado en mil versiones. Su vestimenta se convierte para el artista en un pretexto para un juego decorativo, con la larga fila de botones rojos del corpiño de listas verticales, que prolonga la gran nube de grandes pois de la falda, que parecen flotar sobre la masa oscura. 
Como ha experimentado en otras ocasiones, Van Gogh limita su paleta a pocos colores, sabiamente dosificados y alternados sobre la superficie: al fondo verde se contrapone la dominante roja del traje de la muchacha, con la que alternan detalles blancos y negros y el rosado del rostro y las manos, sintetizadas en dos masas ahusadas. La silla oscura, con sus formas curvas y aéreas, rodea a la figura, trazando arcos ornamentales ante el fondo pálido y cerrando por lo demás el espacio vacío de la derecha.


Obras de:
Vincent Van Gogh
AutorretratoAutorretratoAutorretrato con la oreja cortada
Borrachos Café por la noche, Place Lamartine, Arles Campo de trigo con cuervos
Chozas en Cordeville Ciprés con cielo estrellado Dos girasoles
El escolar El niño de los Roulin El restaurante de la Sirena
Espectadores en los toros GirasolesJaponería: Oiran
Jarrón con girasolesJarrón con malvaviscosLa Arlesiana
La Casa AmarillaLa habitación de Van Gogh en ArlesLa iglesia de Auvers
La ItalianaLa Mousmé sentadaLa siesta
La silla de GauguinLa silla del pintorLa terraza del café por la noche, Place du Forum, Arles
Las caravanasLos comedores de patatasMlle. Gachet al piano
Mujeres con sacos de carbónNaturaleza muerta con Biblia y candelabroNaturaleza muerta con lirios
Noche estrelladaPaisaje al atardecerPaseo en el crepúsculo
Prado con mariposasRetrato de Joseph RoulinRetrato de la señora Roulin
Retrato de MillietRetrato de Pére Tanguy Retrato del doctor Gachet
Retrato del doctor ReyRetrato del pintor BochRonda de prisioneros
Sauces a la puesta de solSembrador a la puesta de solTejedores en el telar
Trigo verdeUn par de zapatos


Santo Domingo de Silos / Bartolomé Bermejo

Museo del Prado

Bartolomé Bermejo
Impresionante tabla central de un retablo procedente de la iglesia de Santo Domingo de Silos, en la localidad zaragozana de Daroca. La composición representa al titular sobre un trono decorado por imágenes de santos, albergadas por tracerías y pináculos calados. La riqueza y complejidad del mueble solo son superadas por la magnificencia de las ropas pontifical que viste el santo, que se halla en actitud de hojear un libro, con el báculo sostenido con el antebrazo izquierdo. Su rostro, tratado con una frontalidad total, ha sido valorado con resueltos efectos de luz que le proporcionan una sólida corporeidad y lo destacan rotundamente de los elementos ornamentales que componen su entorno.

viernes, 10 de mayo de 2013

Consagración de san Agustín / Jaume Huguet

Tabla central del retablo de los “blanquers”  
Museo de Arte de Cataluña

Jaume Huguet
El taller barcelonés de Huguet tuvo que atender numerosos encargos y enfrascarse en una producción de enormes retablos como el de la cofradía de los curtidores (blanquers), dedicado a san Agustín, en cuya composición central se complace el maestro en la descripción de las suntuosas ropas litúrgicas. Dicha obra revela, asimismo, el interés por el retrato, y se especula con la posibilidad de que el personaje situado al extremo derecho de la misma, tocado con un birrete de color negro, pueda ser el propio pintor. La fecha de terminación del retablo, 1486, hace improbable la hipótesis, dado que Huguet contaría entonces setenta y un años de edad.

La Italiana - The Italian - Vincent Van Gogh

La Italiana - The Italian - Vincent Van Gogh -  Museo D’Orsay, París, La modelo está, en efecto, vestida con lo que parece ser un traje folclórico, como indican el pañuelo en la cabeza, el delantal plegado y los puños rojos. Tiene en la mano dos flores del campo, alusión a la vida rústica del campo. Su vestido es una explosión de color y la superficie de la falda se transforma en un auténtico caleidoscopio. En el cuadro se ha combinado una serie de influencias pictóricas: si el cuadro revela hacia cierto punto la influencia del impresionismo, sobre todo en la representación de la piel de la mujer como una superficie viva, entretejida de luces y reflejos de los colores de alrededor, más marcada está la coincidencia de otras dos influencias, la del puntillismo y la de las estampas japonesas. Las dos enseñan a Vincent la yuxtaposición de colores puros, dando como resultado una mayor luminosidad de las superficies, que parecen casi esmaltadas. Los amigos Seurat y Signac, promotores del neoimpresionismo, estaban además acostumbrados a completar sus obras con borde pintado con puntos, cuyas variaciones de color seguían el desarrollo cromático de la obra; para hallar aquéllas, el artista se inspira haciendo los dos bordes "con flecos". En su extrema libertad, sin embargo, revelan asimismo la influencia de las estampas japonesas, que Van Gogh admiraba profundamente.
Museo D’Orsay, París
1887
81 x 60 cm. Óleo sobre lienzo

Vincent Van Gogh
La modelo está, en efecto, vestida con lo que parece ser un traje folclórico, como indican el pañuelo en la cabeza, el delantal plegado y los puños rojos. Tiene en la mano dos flores del campo, alusión a la vida rústica del campo. Su vestido es una explosión de color y la superficie de la falda se transforma en un auténtico caleidoscopio. En el cuadro se ha combinado una serie de influencias pictóricas: si el cuadro revela hacia cierto punto la influencia del impresionismo, sobre todo en la representación de la piel de la mujer como una superficie viva, entretejida de luces y reflejos de los colores de alrededor, más marcada está la coincidencia de otras dos influencias, la del puntillismo y la de las estampas japonesas. Las dos enseñan a Vincent la yuxtaposición de colores puros, dando como resultado una mayor luminosidad de las superficies, que parecen casi esmaltadas. Los amigos Seurat y Signac, promotores del neoimpresionismo, estaban además acostumbrados a completar sus obras con borde pintado con puntos, cuyas variaciones de color seguían el desarrollo cromático de la obra; para hallar aquéllas, el artista se inspira haciendo los dos bordes "con flecos". En su extrema libertad, sin embargo, revelan asimismo la influencia de las estampas japonesas, que Van Gogh admiraba profundamente.


Obras de:
Vincent Van Gogh
AutorretratoAutorretratoAutorretrato con la oreja cortada
Borrachos Café por la noche, Place Lamartine, Arles Campo de trigo con cuervos
Chozas en Cordeville Ciprés con cielo estrellado Dos girasoles
El escolar El niño de los Roulin El restaurante de la Sirena
Espectadores en los toros GirasolesJaponería: Oiran
Jarrón con girasolesJarrón con malvaviscosLa Arlesiana
La Casa AmarillaLa habitación de Van Gogh en ArlesLa iglesia de Auvers
La ItalianaLa Mousmé sentadaLa siesta
La silla de GauguinLa silla del pintorLa terraza del café por la noche, Place du Forum, Arles
Las caravanasLos comedores de patatasMlle. Gachet al piano
Mujeres con sacos de carbónNaturaleza muerta con Biblia y candelabroNaturaleza muerta con lirios
Noche estrelladaPaisaje al atardecerPaseo en el crepúsculo
Prado con mariposasRetrato de Joseph RoulinRetrato de la señora Roulin
Retrato de MillietRetrato de Pére Tanguy Retrato del doctor Gachet
Retrato del doctor ReyRetrato del pintor BochRonda de prisioneros
Sauces a la puesta de solSembrador a la puesta de solTejedores en el telar
Trigo verdeUn par de zapatos


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